viernes, 10 de junio de 2011

Celos... baah

Si la gente no tuviera esta ilusión de propiedad sobre los demás, no existirían los celos. Ya se que también está el factor de la inseguridad y todo ese rollo, pero creo que la ilusión de que alguien es nuestro es lo que más influye para que nos pongamos roñosos cuando alguien más pretende aproximarse a ese alguien. 

¿Por qué ahora, de repente, se me ocurrió hablar de celos? Por dos razones. La primera es que últimamente con esto de que dos de mis mejores amigas ya tienen "güey" (no novio, "güey"), la neta es que he caído en el terrible terreno de los celos, no por inseguridad de que se alejen de mí, sino porque... pues son MIAS. Son MIS amigas, que sus güeyes se busquen a otras, ¿¿no?? Digo, ¡yo llegue antes! (¿ven a lo que me refiero con ilusión de pertenencia?).

La segunda y más poderosa razón es que estas dos amigas, junto con una tercera, son inhumanamente celosas conmigo. No me pregunten por qué, pero odian a toda persona de sexo femenino que se acerca a mí (o yo a ella). La razón: "¡pues es que no, ella no! ¿cómo ella?" (sus palabras exactas, se los juro). El problema es que ella no, tampoco aquella, ni su amiga, ni la que está a un lado ni NADIE. 

Es parte del paquete de tenerlas a mi lado, quererlas y que me quieran, yo lo sé. Es su manera de decir "te queremos", no dejando que nadie más me quiera, pero pues ni modo, cuando llegue el momento se tendrán que morder la lengua así como lo hago yo en estos momentos (si quieren pueden escribirlo en su blog jaja).

Yo las quiero. 


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